Van Basten, clave en Holanda
Tuesday, January 1, 2008
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El talentoso delantero se recuperó de una lesión para ayudar a su selección a lograr su primer gran título con un espectacular gol.
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Tras la dolorosa eliminación de 1984, la República Federal de Alemania esperaba hacerlo mucho mejor cuando, por fin, organizó por primera vez el Campeonato de Europa de la UEFA.
Después de alcanzar por segunda vez consecutiva una final de una Copa del Mundo FIFA, esta vez con el gran Franz Beckenbauer como entrenador, reforzaron el equipo con nada menos que Jürgen Klinsmann, Jürgen Kohler y Thomas Berthold, mientras que Rudi Völler ya se había recuperado totalmente de su lesión. Pero incluso un anfitrión tan sólido contaba con peligrosos rivales al acecho.
Con la vigente campeona eliminada, Francia, Italia era uno de los países que podían complicar las cosas a los alemanes. Italia tenía en sus filas a jugadores como Paolo Maldini y Gianluca Vialli. Germanos y transalpinos empataron a uno en el primer partido del grupo, mientras que España derrotó a Dinamarca. Al final Italia y Alemania lograron la clasificación.
En el Grupo 2 estaba Inglaterra, que tras una gran fase de clasificación, comenzó perdiendo por 1-0 ante la República de Irlanda, aunque ninguna de ellas logró la clasificación, que fue para la Unión Soviética y Holanda. Irlanda, sin embargo, se quedó a falta de ocho minutos de lograr un empate sin goles que le habría dado la clasificación.
Un gol de rebote de Win Kieft marcó la diferencia para Holanda en ese encuentro, pero las estrellas del equipo dirigido por Rinus Michels durante ese torneo fueron tres jugadores del AC Milan, Frank Rijkaard, Ruud Gullit y Marco van Basten. El letal delantero centro comenzó de suplente en la derrota por 1-0 ante la URSS en su primer partido, pero fue crucial anotando un 'hat-trick' en la victoria por 3-1 sobre Inglaterra.
Los soviéticos igualaron ese resultado ante Inglaterra, y después superaron por 2-0 a Italia en las semifinales, con el peligroso Oleg Protassov entre los goleadores. Pero más emoción todavía hubo en Hamburgo, donde la selección holandesa superó a sus vecinos alemanes por primera vez en 32 años, a pesar de haber empezado perdiendo con un gol de penalti de Lothar Matthäus. Ronald Koeman empató también de penalti, y Van Basten aprovechó una oportunidad en los últimos minutos para vengar su derrota en la final de la Copa Mundial de la FIFA de 1974 y citarse de nuevo con la URSS.
Casi el 60 por ciento de la población holandesa estuvo siguiendo la victoria de sus héroes. Gullit abrió el marcador para los holandeses en el minuto 32 y al poco de comenzar la segunda mitad, Van Basten con un acrobático remate alcanzando un centro imposible de Arnold Mühren superó al portero Rinat Dasaev logrando el definitivo 2-0. Poco después, el portero holandés Hans van Breukelen salvó los muebles para su equipo al detener un penalti.